LA INTEGRACIÓN SOCIAL A TRAVÉS DE UN HUERTO URBANO.

EL HUERTO DE LIMAM.

Los Huertos Urbanos están suponiendo un soplo de aire fresco para las ciudades, sobre todo, desde hace diez años atrás hasta hoy el aumento del interés tanto de los ciudadanos de a pie como de entidades públicas y privadas, está subiendo a una velocidad de vértigo, se asemeja bastante a una moda, ¡bendita moda!, esperemos que haya venido para quedarse.

Aunque es algo que está ocurriendo globalmente, nos referimos de manera más concreta a nivel nacional (España), y más especialmente a nivel regional (Andalucía), y metropolitano (Sevilla).

En Sevilla no hay colegio que se precie que no haya incorporado un Huerto Escolar en su patio, en su programación y en su día a día, y entidades de todo tipo tanto públicas como privadas tienen una parcela en alguna de las trece parcelas de Huertos Urbanos que existen en nuestra capital y provincia, donde se desarrollan actividades relativas a la horticultura con una amplia diversidad de colectivos.

En lo referente a la integración social, la Asociación Limam, sita en el sevillano barrio de Bellavista, es de las pocas ONGS que cuentan con un Huerto Urbano como herramienta terapéutica.

La entidad comienza su andadura en 1987, con la finalidad de actuar ante el grave problema de drogodependencias que tenía la barriada, con el tiempo amplió su campo de acción a otras problemáticas que derivan en riesgo de exclusión social, actualmente abarca diversas áreas de intervención con personas en situación de vulnerabilidad.

Los Huertos Urbanos son oasis de naturaleza en plena ciudad, para Limam poder contar con un lugar natural que ofrece tantas posibilidades nos anima a compartirlo y a enseñar a trabajarlo a todas las personas que quieran acercarse a él, después de los nueve años que llevamos disfrutando de éste extraordinario espacio podemos afirmar la influencia positiva que tiene en los diversos perfiles de colectivos con los que hemos trabajado, como refugiados derivados de Cear (Comisión Española de Ayuda al Refugiado), jóvenes de Centros de Menores de Medio Interno y de Medio Abierto, migrantes asentadxs en fase de precariedad, mujeres en situación de maltrato, personas con adicciones, y cualquier tipo de perfil en riesgo de exclusión social.

Todos los valores que se fomentan en éstos espacios son positivos.

Lo que hacemos es enseñar trabajando, y al mismo tiempo concienciar.

Aprender a trabajar en un Huerto Urbano implica muchas enseñanzas, nosotras aplicamos los criterios de la Agricultura Ecológica, (como es obligatorio en las parcelas), y lo hacemos por una fuerte y verdadera convicción propia, con lo cual respetamos el Medio Ambiente, no utilizamos ningún tipo de químicos, y protegemos la biodiversidad de nuestra parcela fomentando la flora y la fauna auxiliar, y esto se lo transmitimos a nuestrxs usuarixs, ya que muchxs provienen de países donde no se practica el cultivo ecológico, al igual que en España, donde mayoritariamente se practica la agricultura intensiva.

Se promueve también el autoconsumo y la alimentación saludable, contribuyendo a que lleven a su mesa hortalizas ecológicas de calidad, ya que las cosechas son para lxs usuarixs que aprenden y trabajan con nosotras.

Conviene destacar también que la actividad en un Huerto Urbano de manera continuada puede llegar a ser una forma de inserción laboral, por la capacitación teórico-práctica que ésta supone, e igualmente el hallazgo de una vocación para muchas personas.

Los trabajos y aprendizajes en éstos espacios implican actividad física, contribuyendo así a la mejora de la salud de lxs participantes.

Los Huertos Urbanos son “parcelas de parcelas”, con lo cual la convivencia, el compartir y la cooperación son valores que se experimentan en el día a día, favoreciendo las relaciones y habilidades sociales entre perfiles y problemáticas muy diferentes.

Diversidad de usuarixs en el Huerto de Limam

Nos parece fundamental que coincidan personas de distintas derivaciones (de entidades), edades y/o procedencias, así trabajamos y fomentamos también la integración de usuarixs con diversas particularidades.

Cuando lxs usuarixs terminan su etapa en el Huerto de Limam, se llevan un combo completo vivencial tras haberse sentido acogidxs, mientras aprendían y convivían con un grupo heterogéneo de personas, en un espacio natural al aire libre, donde tuvieron la oportunidad de “crecer y cultivarse”.

Rocío de Cáceres García. Técnica Asesora y Dinamizadora de Huertos Urbanos y Escolares.

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